Su simbolismo resulta tan rico como complejo y, tanto en Asia como en Europa, los cisnes blancos simbolizaban la pureza y la claridad. Los cisnes negros eran propios de ambientes que preconizaban un significado cargado de connotaciones ocultistas y de fuerte impronta subterránea. Los cisnes rojos simbolizaban al Sol.
En la antigüedad clásica, los cisnes blancos estaban considerados como los protegidos del dios Apolo, tiraban de su carro y a él estaban consagrados.
Tiene, en general, una significación ambivalente, pues por una parte representa lo masculino y por otra lo femenino.
Para los pueblos del extremo oriente, el cisne simboliza la elegancia y el arrojo.
El mito griego de Zeus nos habla de la transformación del poderoso dios griego en cisne para conquistar a Leda.
Simbología del cisne
También se ha relacionado al cisne con la música, debido al canto entonado por esta ave cuando se encuentra a punto de morir.
Para los alquimistas, el simbolismo del cisne encierra un carácter pluralista y antagónico y lo identifican con el «Mercurio filosófico y la unión de los contrarios agua-fuego«.
Para los pueblos celtas, el Cisne simbolizaba la existencia de seres superiores a los simples mortales.